
La necesidad frecuente de orinar puede tener complicaciones neurológicas, según un estudio en ratones realizado en EE.UU. por científicos de la Universidad de Stanford (California) y el Hospital Infantil de Filadelfia (Pensilvania).
Si el efecto es similar en los seres humanos, eso explicaría parcialmente los problemas de sueño, la escasa concentración y la confusión que sufren personas de edad avanzada que deben realizar varias visitas al baño cada noche.
"Si tiene una vejiga que funciona de forma excesiva, eso podría tener consecuencias neurobiológicas", señaló Rita Valentino, neuróloga del Hospital Infantil de Filadelfia en un informe sobre su investigación divulgado hoy por la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences".
La necesidad de orinar frecuentemente es provocada por una obstrucción parcial de la uretra, especialmente en hombres con la próstata inflamada.
Valentino y un equipo de urólogos trasladaron ese problema a un grupo de ratones y, al mismo tiempo, analizaron su funcionamiento cerebral descubriendo una activación de la zona llamada "locus coeruleus" que controla la concentración en mamíferos superiores.
El "locus coeruleus" entra en funcionamiento cuando la vejiga está llena y ayuda a que el animal se desentienda de otras actividades y centre su atención en vaciarla.
Pero cuando esa zona del cerebro trabaja de manera excesiva y desordenada activa otro sector que controla las funciones superiores, indicaron los científicos.
En las personas, esa sobreactividad probablemente cause trastornos de ansiedad, alteraciones del sueño y otros problemas de comportamiento, agregaron.
"Esto ayuda a completar el rompecabezas de por qué los problemas de una vejiga superactiva afectan tanto a la calidad de vida de una persona", manifestó Craig Comiter, urólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
EFE.
Si el efecto es similar en los seres humanos, eso explicaría parcialmente los problemas de sueño, la escasa concentración y la confusión que sufren personas de edad avanzada que deben realizar varias visitas al baño cada noche.
"Si tiene una vejiga que funciona de forma excesiva, eso podría tener consecuencias neurobiológicas", señaló Rita Valentino, neuróloga del Hospital Infantil de Filadelfia en un informe sobre su investigación divulgado hoy por la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences".
La necesidad de orinar frecuentemente es provocada por una obstrucción parcial de la uretra, especialmente en hombres con la próstata inflamada.
Valentino y un equipo de urólogos trasladaron ese problema a un grupo de ratones y, al mismo tiempo, analizaron su funcionamiento cerebral descubriendo una activación de la zona llamada "locus coeruleus" que controla la concentración en mamíferos superiores.
El "locus coeruleus" entra en funcionamiento cuando la vejiga está llena y ayuda a que el animal se desentienda de otras actividades y centre su atención en vaciarla.
Pero cuando esa zona del cerebro trabaja de manera excesiva y desordenada activa otro sector que controla las funciones superiores, indicaron los científicos.
En las personas, esa sobreactividad probablemente cause trastornos de ansiedad, alteraciones del sueño y otros problemas de comportamiento, agregaron.
"Esto ayuda a completar el rompecabezas de por qué los problemas de una vejiga superactiva afectan tanto a la calidad de vida de una persona", manifestó Craig Comiter, urólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
EFE.
1 comentario:
Hola, este blog está muy bueno!
En relación al articulo, es muy cierto lo que se propone, por ej, cuando estaba un día haciendo un examen, tenía unas ganas incontrolables de orinar, logré 'hacerle el quite' por un par de minutos, pero no fue suficiente, tuve que salir casi corriendo a evacuar :s
Existirá el mismo tipo de bloqueo neuronal cuando hay necesidades de evacuaciones de otro tipo??
Adios, felicidades =D
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